Ya que a los 69 Rafa fue un muy buen cazador, capturó un rebote que dejó Ter Stegen

Lisboa: La crisis deportiva del Barcelona cada día se agudiza más. En esta ocasión, el Benfica de Portugal fue el autor de un nuevo capítulo, al ganar, gustar, y golear tres por cero a los catalanes. En el marco de la segunda fecha del Grupo E de la Liga de Campeones.

La idea del holandés Ronald Koeman, era inicialmente la de olvidarse del amargo debut que tuvo ante el Bayern Múnich de Alemania, que lo aplastó por idéntico marcador. Pero fueron más las ganas y la estrategia de los lusitanos quienes recogieron en Ucrania un Punto de Oro ante Dynamo, y hoy lo certificaron con categoría, certeza, claridad, clase y contundencia.

Desde el camerino, el Equipo Glorioso de Portugal hizo respetar el campo del Estadio Da Luz. Ya que, a los Tres minutos, el artillero internacional uruguayo Darwin Núñez se empezó a convertir no solo en el jugador más peligroso, también en la gran figura al abrir el marcador desde el camerino con un potente disparo que superó la resistencia del guardameta holandés Marc André Ter Stegen aprovechando el canal que le dejó el volante de contención holandés Julian Weigl.

Los Gloriosos tuvieron misterio, ya que le cedieron el balón de forma inteligente a los catalanes. Que, con ansiedad y desesperados, no pudieron desarmar el esquema defensivo anfitrión, ese fue el común denominador durante la mayor parte del partido en el que jugadores como los holandeses Memphis Depay, y Frenkie De Jong fueron de nuevo pacientes en Sala de Urgencias. Dejando espacios en la zona del fondo que fueron la solución y el certificado para los portugueses.

Nada cambió para el segundo tiempo, Barcelona propuso y Benfica dispuso. El doble cuarteto que puso Koeman, fue cayendo al piso con el correr del cronometro con los contragolpes de los misterios Que se descubrieron en los últimos Veinte minutos, ya que a los 69 el volante de armado fue un muy buen cazador, ya que capturó un rebote que dejó Ter Stegen.Y a los 79, Núñez convirtió la creciente en oleada desde el punto blanco del penalti al concretar una mano con la que el defensa estadounidense Segiño Dest detuvo la trayectoria del balón.