Bogotá: Sin jugar con la suerte como socia, desde hace tiempo está
también se cansó de que James Rodríguez la despreciara. Ahora Rodríguez juega a
patear su talento, renegando sus dones, sacrificándolo en una apuesta ridícula
por su propio equipo. El de su orgullo y experiencia perdiendo vigencia e
importancia en los últimos años sin saberlo ni importarle dándole lo mismo,
comprando la idea de que esa plantilla está por encima de cualquier oferta.
La verdad es que
cada día se para a entrenar con una excusa, por parte del cuerpo técnico, el clima,
el idioma, la idiosincrasia, la distancia, ó un problema personal siendo impecable.
Ahora cuando se confirmó su salida en junio próximo de Olympiacos de Grecia,
una pasantía que fue más un experimento que no una buena carta de recomendación.
A diferencia de lo que fue su paso destacado por Bayern Múnich de Alemania.
Han pasado cinco
años, y con ellos ofertas junto con pretendientes que hubieran podido amalgamar
su nómina con el colombiano. Porque desde ese entonces no se le arrima una
mención para sentir que huele a Colombia en las grandes ligas del viejo continente,
dejando a los griegos en un segundo plano porque abre un hueco inesperado para
lo que le queda en su carrera pasando el primer cuarto del Tercer piso a nivel
cronológico.
Se va ahora, ad
portas de lo que será la fecha FIFA de junio, como antesala al comienzo en Septiembre
de la Eliminatoria de la Conmebol al Campeonato que organizan Canadá, Estados Unidos,
y México. Sin lograr ser contratado en Europa antes de junio, y si logra que
alguien lo arrope con sus atractivas condiciones como jugador, aunque los
antecedentes personales lo condenen tendrá que esperar para arrancar la
pretemporada.
A esto se le
puede adicionar una eventual convocatoria de Néstor Lorenzo, porque no se
descarta que algún equipo poderoso de Sudamérica quiera tenerlo, lo que sería
una utopía por su alto costo en lo salarial. Tendría que acudir a un técnico
que le abra su corazón futbolero para jugar corriendo el riesgo de lesionarse.
Ya que las camillas y los trabajos de gimnasio se han convertido en un familiar
permanente.
Hoy tiene dos destinos.
Su arrogancia para convencerse de que tiene un puesto fijo con la selección sin
actuar, y con la fila que hacen otros que si hacen méritos para ser citados. O
será muy avispado para adentrarse en territorio turco con candidatos como
Besiktas y Galatasaray, sin descartar territorio norteamericano para
reconciliarse al dejar botada una ocasión sin cumplir con el contrato en su
totalidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario