viernes, 14 de abril de 2023

O será muy avispado para adentrarse en territorio turco con candidatos como Besiktas

 


Bogotá: Sin jugar con la suerte como socia, desde hace tiempo está también se cansó de que James Rodríguez la despreciara. Ahora Rodríguez juega a patear su talento, renegando sus dones, sacrificándolo en una apuesta ridícula por su propio equipo. El de su orgullo y experiencia perdiendo vigencia e importancia en los últimos años sin saberlo ni importarle dándole lo mismo, comprando la idea de que esa plantilla está por encima de cualquier oferta.

La verdad es que cada día se para a entrenar con una excusa, por parte del cuerpo técnico, el clima, el idioma, la idiosincrasia, la distancia, ó un problema personal siendo impecable. Ahora cuando se confirmó su salida en junio próximo de Olympiacos de Grecia, una pasantía que fue más un experimento que no una buena carta de recomendación. A diferencia de lo que fue su paso destacado por Bayern Múnich de Alemania.

Han pasado cinco años, y con ellos ofertas junto con pretendientes que hubieran podido amalgamar su nómina con el colombiano. Porque desde ese entonces no se le arrima una mención para sentir que huele a Colombia en las grandes ligas del viejo continente, dejando a los griegos en un segundo plano porque abre un hueco inesperado para lo que le queda en su carrera pasando el primer cuarto del Tercer piso a nivel cronológico.

Se va ahora, ad portas de lo que será la fecha FIFA de junio, como antesala al comienzo en Septiembre de la Eliminatoria de la Conmebol al Campeonato que organizan Canadá, Estados Unidos, y México. Sin lograr ser contratado en Europa antes de junio, y si logra que alguien lo arrope con sus atractivas condiciones como jugador, aunque los antecedentes personales lo condenen tendrá que esperar para arrancar la pretemporada.

A esto se le puede adicionar una eventual convocatoria de Néstor Lorenzo, porque no se descarta que algún equipo poderoso de Sudamérica quiera tenerlo, lo que sería una utopía por su alto costo en lo salarial. Tendría que acudir a un técnico que le abra su corazón futbolero para jugar corriendo el riesgo de lesionarse. Ya que las camillas y los trabajos de gimnasio se han convertido en un familiar permanente.

Hoy tiene dos destinos. Su arrogancia para convencerse de que tiene un puesto fijo con la selección sin actuar, y con la fila que hacen otros que si hacen méritos para ser citados. O será muy avispado para adentrarse en territorio turco con candidatos como Besiktas y Galatasaray, sin descartar territorio norteamericano para reconciliarse al dejar botada una ocasión sin cumplir con el contrato en su totalidad.

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